miércoles, 5 de julio de 2017

Historia de Éxito: Hiraoka, el comerciante que llegó como odontólogo



Carlos Chiyoteru Hiraoka llegó de Japón solo de visita, pero su hermano logró convencerlo para que se quede y busque un futuro como odontólogo en el Perú.

Hiraoka llegó armado con sus herramientas odontológicas, pero luego de unos pequeños trabajos en la capital no tiene otra opción que ir a Ayacucho como administrador y ahí es donde aprende el manejo del comercio y administración.

Con él de administrador la tienda surge y se expande a Huanta, pero el local cierra por motivos políticos y con su liquidación decide empezar su propia empresa.

Aún sin aprender a hablar el español a la perfección Hiraoka pudo adaptarse a las costumbre y se casó con una chica de Huanta con la cual abrió una tiendita bazar de lana, hilos, agujas y telas. Todo lo que ganaba lo ahorraba y siempre se mantenía alejado de las deudas y préstamos.

Su economía crecía y el bazar fue creciendo en tamaño y en reputación, fue tan conocido y querido que Hiraoka llegó a ser alcalde de Huanta. Cuando tocó techo en la ciudad vio su siguiente objetivo: Lima.

En Lima pudo conseguir un puesto en la esquina de la Av. Abancay donde el éxito no llegó tan fácilmente, en los primeros cinco años se probó distintos rubros distintos, vendió importaciones de plástico, luego fue bazar, tienda de regalos, juguetería y hasta útiles de escritorio.

Los electrodomésticos llegaron de manera casual en uno de los viajes del Sr Hiraoka donde un judío importador de radios le propone que los venda en su tienda, gracias a estas ventas se da la expansión de la empresa, con más sucursales hasta llegar a tener una marca de electrodoméstico llamada “Miray”

Raúl su hijo recuerda cuando de pequeño le preguntaba a su padre por qué les daba más atención a los trabajadores que a sus propios hijos. “Me decía nosotros tenemos todo por ellos, son la base de la empresa”.

A pesar de irse de este mundo en el 2004, Carlos Chiyoteru Hiraoka puede ver como la empresa sigue creciendo de la mano de sus hijos. Los cuales aprendieron que la clave de su éxito es una filosofía simple de amor al trabajo y sacrificio, que aprendieron de primera mano ayudando en la tienda de Huanta.

Fuente: pymex

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